martes, 3 de diciembre de 2013

Quiero dormir, pero no puedo.



Hoy quiero hablaros de un problema que todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido, el insomnio.
Cuando no dormimos bien, o directamente no dormimos durante una noche pasamos el día fatal. El cuerpo nos pesa el doble, todo nos cansa, no nos podemos concentrar, nuestra mente se dispersa con facilidad. Nuestro estado de ánimo se ve afectado también y estamos de mal humor, todo nos deprime y todo nos afecta.
No le damos mucha importancia a este problema hasta que llevamos ya un tiempo así, que es precisamente cuando se habla de insomnio, porque una mala noche la puede tener cualquiera y ya no producirse más veces en un largo tiempo.
Pero, ¿por qué nos cuesta tanto dormirnos? Existen tres razones posibles:

  • Psicológica: los pensamientos del problema que nos preocupa no nos dejan descansar, no podemos dejar de darle vueltas al tema intentando buscar soluciones. Esos pensamientos negativos invaden nuestra mente obstaculizando que durmamos. A esto, además, se le añade la situación que implica intentar dormir: estamos solos, en la oscuridad y en silencio, sin distracciones, y con todas esas preocupaciones, temores y lamentaciones en nuestra mente.
  • Autovigilancia: a los pensamientos negativos se le añade la preocupación por no poder dormir que implica autovigilancia constante, que bloquea la aparición del sueño. Estamos todo el rato autoevaluándonos, analizando nuestras sensaciones y nuestro cuerpo intentando forzar que aparezca el sueño. Esto hace que nuestro organismo y nuestro cerebro se activen más, dificultando que aparezca el sueño.
  • Fisiológica: este caso se da en personas deprimidas, por ejemplo, ya que en la depresión el organismo segrega menos cantidad de neurotransmisores, entre ellos la serotonina, que participa en los mecanismos del sueño.
Ahí van algunos consejos para combatir el insomnio, la llamada Higiene del sueño:
  1. No consumir bebidas que contengan cafeína u otros excitantes, al menos 6 horas antes de acostarte. Esta prohibición incluye también comida o fármacos que incluyan cualquier tipo de sustancia excitante.
  2. No beber alcohol desde primeras horas de la tarde. El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central y, aunque a corto plazo pueda producir somnolencia, acaba alterando el patrón y el ritmo de sueño.
  3. No fumar al menos 2 horas antes de irte a la cama. Aunque muchos fumadores le atribuyen un poder relajante a sus cigarrillos, el único efecto demostrable que produce la nicotina es excitación y activación del organismo.
  4. Intentar hacer ejercicio físico moderado de manera regular, pero evitar hacerlo de forma vigorosa al menos 2 horas antes de dormir. El ejercicio hecho a ritmo intenso produce, a corto plazo, una aceleración importante del organismo que no te ayudara a conciliar el sueño.
  5. Intentar ingerir una cena moderada, sin excesivos azúcares refinados ni proteína. Cenar al menos 2 horas antes de acostarte. Una digestión pesada y unos alimentos muy energéticos, dificultan conciliar el sueño.
  6. Acondiciona tu dormitorio de manera que te predisponga al sueño: eliminar ruidos, que haya una temperatura de unos 20º, poca luz, y una cama confortable, lo suficientemente grande, y ni muy dura ni muy blanda.
  7. Las últimas 2 horas antes de meterte en la cama, dedícalas a hacer actividades de desaceleración, que te relajen y que no exijan una importante actividad intelectual o tensión psicológica de cualquier tipo. Las más habituales suelen ser: ver televisión, leer o escuchar música.
Espero que os sirvan de ayuda, y ya sabéis, si os apetece saber más o tenéis alguna pregunta no dudéis en llamarme.
Feliz día!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...